Normalmente cuando hablamos de aislamientos, pensamos en preservar un espacio del contraste térmico con el exterior, la conservación del frío de una cámara, o de aislar acústicamente un hogar.
Sin embargo, es cada vez más habitual que los materiales de aislamiento presenten óptimas propiedades ignífugas o, al menos, una alta resistencia al deterioro por fuego.
Estos nuevos materiales son fundamentales en la llamada sectorización de incendios, un requisito legal del que ya hicimos reseña en este mismo blog: https://aislasur.com/sectorizacion-de-incendios/
Los nuevos paneles sándwich que cubren las necesidades de resistencia y reacción al fuego contribuyen a impedir la propagación de las llamas, manteniendo la integridad del edificio y evitando el aumento de la temperatura interior.
De media, este tipo de paneles podrían resistir, en función de su tipo y espesor, entre 15 y 180 minutos frente a las altas temperaturas de un fuego intenso, un tiempo precioso que facilitaría la evacuación de las personas alojadas en el edificio.
La elección de una buena gama de paneles anti-incendios puede contribuir positivamente en pre-requisitos y créditos para la obtención de la certificación LEED BD+C V4, una de las etiquetas de calidad ambiental más valoradas en el sector.
En definitiva, este tipo de soluciones está recomendada para un enorme abanico de soluciones de construcción, como son las obras de nueva construcción o de rehabilitación integral; los edificios definidos como “núcleo y envolvente”; las escuelas, tanto en edificios destinados a actividades educativas, como a ellos destinados a actividades complementarias; los espacios comerciales como bancos, restaurantes, tiendas…; los Data Centers, especialmente aquellos edificios en los que se alojan equipamientos informáticos de gran tamaño y capacidad; los almacenes y centros de distribución; los hoteles y edificios destinados al alojamiento; los hospitales o clínicas de todo tipo; y, como no, las viviendas unifamiliares o plurifamiliares.
